Todo día que comienza es una nueva oportunidad. ¿Oportunidad para qué?
Las personas elegimos hacer de nuestras vidas algo rutinario, sin sentido, sin color. O darle a nuestra existencia otro matiz. La diferencia, creo yo, está en cómo aprovechamos cada instante que nos toca vivir, como honramos cada día que nos toca vivir.
Las oportunidades están para aprovecharlas, pero, tantas veces, las dudas y el temor, no dejan ver claro por dónde caminar, por qué optar... Si me fijo este objetivo o pienso en tal o cuál meta, surge inmediatamente la pregunta: ¿podré hacerlo? ¿Estará a mi alcance?
Quiero compartirte un testimonio que me llegó profundamente al corazón. Una historia de garra y fortaleza y de profunda confianza en la gracia de Dios. Es la historia de Tony Meléndez.
¿Qué produce en vos este testimonio?
Hoy bien podés mirar hacia tu corazón y decirle a Dios: ¡Gracias, en tu nombre lo voy a lograr!
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