En un libro llamado "El hombre, un misterio" leía sobre el tema de la libertad que ésta es "es la posibilidad de atarse con los vínculos que uno elige". Es decir que nos "liberamos de" para "adherirnos a". ¿A qué o quiénes? Al amor, al servicio, a Dios...
Los vínculos que vamos tendiendo en nuestra vida, nos recuerdan que hemos elegido la interdependencia: necesitamos de los demás para enriquecernos día a día.
Así sucede también con la relación con Dios. Al momento de iniciar nuestra existencia, tenemos una ligazón con Él que nos mantiene fuertemente unidos. Luego, el tiempo, las circunstancias, las personas, las propias decisiones harán que nos alejemos o distanciemos de Él. Así lo plantea el cuento "El hilo primordial" del padre Mamerto Menapace.
¿Qué nos aleja? ¿Dios ha dejado de ser importante?
El apóstol Pablo escribe dos cartas personales a un joven llamado Timoteo (2Tim 3, 10-17). En ellas busca alentarlo en el compromiso de ser seguidor fiel de Jesús. Hoy quiero invitarte a que leas detenidamente este mensaje y dejes que la Palabra de Dios hable a tu vida. ¿Estás lejos de Dios? Tal vez sea una buena oportunidad para retomar el tránsito por el "hilo primordial" que quiere unirnos a nuestro origen que es, a la vez, nuestro destino. ¿Te animás?
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